Ir al contenido

Sostenibilidad corporativa: una estrategia clave para lograr el éxito empresarial a largo plazo

Volver a la página de Glosario

Hoy en día, cada vez se presiona más a las empresas para que operen de forma responsable, equilibrando la rentabilidad con las cuestiones medioambientales y sociales. Para los inversores, clientes y reguladores, la sostenibilidad corporativa constituye tanto un imperativo ético como una ventaja estratégica en un mercado internacional impredecible y en constante evolución. Las empresas que adopten y prioricen las prácticas sostenibles estarán mejor preparadas para satisfacer las expectativas de las partes interesadas y promover la resiliencia a largo plazo ante los riesgos emergentes.

¿Qué es la sostenibilidad corporativa?

La sostenibilidad corporativa es un enfoque moderno de la gestión empresarial que equilibra el éxito financiero con la responsabilidad medioambiental y social. Se aleja de la mentalidad tradicional de obtener beneficios a toda costa y, en su lugar, integra la sostenibilidad en todos los niveles de la toma de decisiones.

Como modelo de gestión, la sostenibilidad corporativa exige a las empresas adaptar sus objetivos a desafíos sociales más amplios tales como el cambio climático, la escasez de recursos y la desigualdad social. En vez de centrarse únicamente en las ganancias trimestrales, las empresas sostenibles reconocen que el éxito a largo plazo depende del mantenimiento de cadenas de suministro éticas, la reducción del daño al medio ambiente y la contribución al bienestar de sus empleados y comunidades. Este enfoque reconoce que el crecimiento empresarial y una estrategia corporativa sostenible pueden tener cabida al mismo tiempo y que cuando se gestionan de manera adecuada, se refuerzan mutuamente.

Importancia de la sostenibilidad corporativa para las empresas

La sostenibilidad corporativa no se limita únicamente a la ética, sino que se trata de un motor de crecimiento directo. El 91 % de las empresas tiene en cuenta la sostenibilidad en sus decisiones de compra, y cabe destacar que aquellas que priorizan las prácticas sostenibles disfrutan de una ventaja competitiva. Las empresas que incorporan la sostenibilidad en sus prácticas están mejor preparadas para afrontar los cambios en las normativas, mitigar los riesgos financieros y medioambientales y mantener la estabilidad en un mercado internacional en constante evolución.

  • Preparación para cumplir las normativas: las leyes medioambientales y laborales más estrictas requieren que las empresas se adapten o, de lo contrario, deberán hacer frente a consecuencias legales y financieras. Las empresas proactivas son las más avanzadas a la hora de cumplir las normativas, lo que les permite evitar interrupciones y sanciones.
  • Ventaja financiera y de mercado: los inversores y clientes dan cada vez más prioridad a las empresas centradas en los principios ESG, lo que convierte la sostenibilidad en un factor a la hora de garantizar la financiación, consolidar una reputación de marca positiva y obtener una ventaja competitiva.
  • Mitigación de riesgos: abordar los riesgos medioambientales y las vulnerabilidades de la cadena de suministro fortalece la continuidad del negocio y el control de costes.

Diferencia entre sostenibilidad corporativa y responsabilidad social empresarial (RSE)

La sostenibilidad corporativa y la responsabilidad social empresarial (RSE) son dos enfoques diferentes que proporcionan directrices a las empresas para abordar sus obligaciones éticas, sociales y medioambientales. Si bien tienen algunos objetivos en común, sus alcances, estrategias y filosofías subyacentes difieren.

Responsabilidad social empresarial (RSE)

La RSE es un modelo de negocio autorregulado que garantiza que las empresas sean socialmente responsables ante sí mismas, las partes interesadas y el público. Se centra en las iniciativas de una empresa para contribuir positivamente a la sociedad y operar de forma sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental. Las iniciativas de RSE a menudo incluyen la filantropía, prácticas laborales éticas y el compromiso con la comunidad. Estas acciones suelen ser reactivas, ya que abordan comportamientos anteriores con el objetivo de mejorar la imagen pública de una empresa y las relaciones con las partes interesadas. La motivación detrás de la RSE suele ser el deseo de proteger y mejorar la reputación de una empresa.

Sostenibilidad corporativa

Por el contrario, la sostenibilidad corporativa es un enfoque estratégico que integra las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en las principales operaciones comerciales de una empresa. Hace hincapié en la creación de valor a largo plazo teniendo en cuenta la forma en la que opera una empresa en los sistemas ecológicos y sociales a los que afecta su actividad. Este modelo con visión de futuro se centra en el desarrollo de estrategias para lograr un futuro sostenible mediante el análisis de toda la cadena de valor, desde los clientes finales hasta las partes interesadas, y el impulso de nuevas oportunidades en los mercados emergentes.

Diferencias clave:

  • Orientación: la RSE suele aplicar un enfoque retrospectivo para centrarse en lo que ha hecho una empresa para contribuir a la sociedad, mientras que la sostenibilidad corporativa tiene carácter prospectivo, ya que se caracteriza por el desarrollo de estrategias para lograr la sostenibilidad en el futuro.
  • Alcance: normalmente, las iniciativas de RSE se dirigen a los líderes de pensamiento, como los medios de comunicación, los políticos y los grupos de presión, a fin de mejorar la reputación. Sin embargo, la sostenibilidad corporativa se centra en integrar la sostenibilidad en las operaciones comerciales y fomentar el crecimiento a largo plazo mediante la innovación responsable y la expansión del mercado.
  • Motivación: la RSE suele estar motivada por el deseo de proteger la reputación de una empresa, mientras que la sostenibilidad corporativa tiene el objetivo de proporcionar valor a largo plazo a las partes interesadas sin poner en riesgo a las personas, el planeta ni la economía.

Los tres pilares de la sostenibilidad corporativa

La sostenibilidad corporativa se basa en tres pilares fundamentales: medioambiental, social y económico. Estos se alinean estrechamente con los principios del marco «triple cuenta de resultados» (las personas, el planeta y los beneficios), donde se hace hincapié en que el éxito empresarial no solo depende del desempeño financiero. Las empresas también deben prestar atención a la forma en que sus operaciones tienen un impacto en la sociedad y el medio ambiente.

Pilar medioambiental

El pilar medioambiental se centra en reducir la huella ecológica de una empresa y garantizar que las operaciones comerciales no contribuyan a un daño medioambiental a largo plazo. Esto incluye:

  • Emisiones de carbono y uso de energía: las empresas están sometidas a una gran presión por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y pasarse a la energía renovable. Muchas están estableciendo objetivos de cero emisiones netas e invirtiendo en energía solar, eólica y otras fuentes de energía sostenible.
  • Gestión de recursos: la conservación del agua, la reducción de residuos y los modelos de economía circular ayudan a minimizar el agotamiento de los recursos naturales.
  • Cadenas de suministro sostenibles: las empresas exigen a sus proveedores que reduzcan la deforestación, la contaminación y las prácticas de extracción poco éticas.
  • Cumplimiento de la normativa: los gobiernos de todo el mundo están aplicando leyes medioambientales más estrictas y, con ello, obligando a las empresas a respetar los límites de emisiones, cumplir los objetivos de reducción de residuos y proteger la biodiversidad.

Las empresas que priorizan las estrategias empresariales ecológicas reducen los riesgos normativos y están mejor preparadas para afrontar perturbaciones relacionadas con el clima.

Pilar social

El pilar social aborda el impacto que tienen las empresas en las personas, es decir, los empleados, clientes, proveedores y comunidades. Esto va más allá de las prácticas laborales éticas y engloba contribuciones más amplias a la sociedad y la estabilidad de la mano de obra a largo plazo. Entre las principales áreas se incluyen las siguientes:

  • Derechos y condiciones laborales: el salario digno, los lugares de trabajo seguros y el trato justo de los trabajadores resultan fundamentales, sobre todo en las cadenas de suministro internacionales.
  • Diversidad, igualdad e inclusión: las empresas se centran cada vez más en la creación de lugares de trabajo inclusivos y en garantizar una representación diversa en todos los niveles.
  • Compromiso con los colectivos: se espera que las empresas contribuyan a las comunidades locales a través de iniciativas de filantropía, asociaciones y desarrollo económico que apoyan la educación, la sanidad y la infraestructura.
  • Confianza de la clientela y prácticas comerciales éticas: las marcas sostenibles se ganan la lealtad de sus clientes cuando tienen en cuenta sus valores, como el comercio justo y la transparencia del producto.

Las empresas que invierten en responsabilidad corporativa sostenible y prácticas éticas refuerzan la reputación de la marca, atraen al personal más capacitado y tienen más probabilidades de asegurarse una base de clientes leales y de confianza.

Pilar económico (o de gobernanza)

El pilar económico sirve para asegurarse de que las iniciativas de sostenibilidad contribuyan a la estabilidad financiera y el crecimiento empresarial. La gobernanza desempeña un papel fundamental a la hora de garantizar una toma de decisiones ética, transparente y responsable. Esto incluye:

  • Gobernanza corporativa ética: el liderazgo firme, la supervisión del consejo de administración y las medidas anticorrupción evitan los escándalos empresariales y refuerzan la confianza de los inversores.
  • Informes de sostenibilidad y responsabilidad: las empresas deben informar de sus métricas de desempeño ESG, sus objetivos de reducción de carbono y sus iniciativas de impacto social a los inversores y las partes interesadas.
  • Modelos de negocio resilientes: la innovación sostenible, las estrategias de inversión a largo plazo y la gestión del riesgo climático ayudan a las empresas a mantenerse a la altura de la competencia en mercados cambiantes.
  • Finanzas e inversiones responsables: las empresas están integrando la sostenibilidad en la planificación financiera, dando el salto a las inversiones ecológicas y adaptándose a los marcos y recomendaciones internacionales.

Una base económica estable garantiza que la sostenibilidad no sea solo una iniciativa corporativa, sino una estrategia empresarial a largo plazo que impulse la rentabilidad al tiempo que aborda los riesgos globales.

Desafíos y obstáculos de la sostenibilidad corporativa

Incluso si sus beneficios son claros, la sostenibilidad corporativa no siempre es fácil de implementar. Las iniciativas de sostenibilidad de las empresas individuales se enfrentan a obstáculos reales que pueden ralentizar el progreso o crear resistencia al cambio. Para superar estos desafíos se requieren compromiso y estrategia.

  • Costes elevados y obstáculos a la inversión: las iniciativas de sostenibilidad suelen conllevar un gasto inicial en nuevas tecnologías, infraestructura o ajustes de la cadena de suministro. Para las empresas más pequeñas, estos costes pueden parecer imposibles de asumir, incluso si se traducen en ahorros a largo plazo.
  • Resistencia al cambio: el equipo directivo y la plantilla pueden oponerse a los cambios en materia de sostenibilidad, sobre todo si alteran los flujos de trabajo establecidos. Sin incentivos ni un ROI claros, es posible que ni siquiera se aprueben las iniciativas bien planificadas.
  • Normativas y cumplimiento complejos: las normativas en materia de sostenibilidad varían en gran medida de un sector y región a otros, y adaptarse a los cambios en las leyes medioambientales puede resultar complicado si no se cuenta con los recursos adecuados.
  • Medición del impacto: a diferencia del desempeño financiero, las métricas de sostenibilidad son más difíciles de cuantificar. Sin reportes estandarizados, las empresas pueden tener dificultades para hacer un seguimiento del progreso o validar sus iniciativas ante inversores y clientes.
  • Presiones a corto plazo: muchas empresas dan más prioridad a los beneficios financieros inmediatos que a los objetivos de sostenibilidad a largo plazo, lo que complica la tarea de justificar las inversiones que no darán sus frutos desde el primer momento.

Si bien estos desafíos son reales, no son insuperables. Las empresas que se ocupen de ellos de manera proactiva tendrán una ventaja decisiva sobre las que pospongan las iniciativas de sostenibilidad.

Buenas prácticas para implementar la sostenibilidad corporativa

​Implementar la sostenibilidad corporativa requiere una planificación cuidadosa y un enfoque integral acorde con los valores y la misión principales de una empresa. Estas son algunas de las buenas prácticas:

  1. Establecer objetivos claros: defina objetivos de sostenibilidad específicos en línea con la misión y los valores de su empresa para garantizar la integración de las iniciativas en las estrategias generales y las operaciones cotidianas.
  2. Implicar a las partes interesadas: involucre a empleados, clientes, proveedores y comunidades locales en las iniciativas de sostenibilidad. Este enfoque integrador promueve la diversidad de puntos de vista y un compromiso común con los objetivos de sostenibilidad.
  3. Aplicar mecanismos de seguimiento y elaboración de reportes: implemente sistemas transparentes para supervisar el progreso hacia la consecución de los objetivos de sostenibilidad en los tres pilares. La elaboración periódica de reportes mejora la responsabilidad y contribuye a identificar áreas de mejora.
  4. Mantenerse al tanto de todo y cumplir las normativas: esté al tanto de la evolución de las normativas y las recomendaciones del sector para preservar el cumplimiento normativo y mantenerse a la altura de la competencia. La formación y adaptación continuas resultan cruciales para que las iniciativas empresariales en materia de sostenibilidad sean todo un éxito.
  5. Formar y capacitar a la plantilla: asegúrese de que los empleados comprendan la importancia de las prácticas empresariales sostenibles y estén de acuerdo con los nuevos procesos. La formación y capacitación crean una cultura de sostenibilidad que perdura.

Medir y elaborar reportes sobre el desempeño en sostenibilidad de la empresa

Medir y elaborar reportes sobre el desempeño corporativo en sostenibilidad de forma precisa resulta fundamental para que las empresas puedan hacer un seguimiento del progreso y cumplan las expectativas de las normativas. Sin embargo, el Centro Común de Investigación de la Unión Europea señala que la falta de indicadores clave de rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés) estandarizados y coherentes plantea numerosos retos, en particular en lo que respecta a la evaluación comparativa con empresas homólogas del sector.

Para crear un informe de sostenibilidad pertinente, las empresas deben ir más allá de las evaluaciones internas de los factores ESG y evaluar las prácticas de sostenibilidad de sus proveedores. Llevar a cabo una evaluación de proveedores de nivel n es fundamental para garantizar la transparencia en toda la cadena de suministro. Además, contribuye a identificar riesgos para impulsar la mejora continua en todos los niveles.

A pesar de los desafíos constantes en materia de estandarización, existe una serie de marcos que gozan de amplio reconocimiento y que ayudan a las empresas a estructurar sus reportes:

Cómo pueden actuar las empresas en favor de la sostenibilidad en la actualidad

El primer paso para hacer de la sostenibilidad una realidad consiste en conocer con claridad los riesgos y el rendimiento. Las empresas deben llevar a cabo evaluaciones de sostenibilidad integrales para evaluar sus propias operaciones y cadena de suministro en busca de carencias en las prácticas medioambientales y sociales. Estos datos permiten a las empresas establecer objetivos viables y aumentar la transparencia para satisfacer las crecientes expectativas de las partes interesadas.

Más allá de la evaluación, las empresas deben garantizar la responsabilidad de los proveedores haciendo un seguimiento del desempeño ESG en todos los niveles de la cadena de suministro. El compromiso con los proveedores, el establecimiento de estándares claros y la integración de la sostenibilidad en las decisiones sobre adquisiciones generan un impacto real.

Los cambios normativos y el escrutinio de los inversores están haciendo que la elaboración de informes de sostenibilidad sea un requisito indispensable. Las empresas que se mantengan a la vanguardia mediante el uso de datos fiables, el seguimiento del progreso y la adaptación a los cambiantes estándares estarán mejor preparadas para alcanzar el éxito a largo plazo.

Novedad: 5 aceleradores clave de los programas líderes de compras sostenibles
Ver ahora 
Novedad: un plan de acción de cuatro pasos para una cadena de suministro más resiliente
Ver ahora